De un tiempo a esta parte las bodegas están apostando por las nuevas tecnologías en la elaboración de vino e incluso las que las incorporan en el etiquetado de las botellas.
La demanda de una información rápida y completa por parte de los consumidores cada vez es mayor en gran parte producida por los smartphones y las posibilidades que permite el tener acceso a Internet en cualquier momento y situación.
Así, están empezando a aparecer en las etiquetas los códigos QR o códigos BIDI. Los códigos QR, Quick Response, son códigos en dos dimensiones que se utilizan para almacenar datos alfanuméricos de hasta 4.000 caracteres.
De esta manera el consumidor puede no sólo comprar vino online, sino también conocer más datos sobre el vino que tiene delante en la vinoteca, en el supermercado o en restaurante en el que está comiendo.
El funcionamiento es muy sencillo, basta con apuntar con la cámara del smartphone al código QR de la etiqueta y accederá a la información que la bodega haya querido compartir: desde notas de cata, detalles de distribución, vídeos, el enlace a la web o incluso al Facebook.